Uno de los principales destinos de los trabajos de la traducción son los destinados al sector de la medicina.
En este sentido, la traducción médica acapara numerosos pedidos que formulan desde empresas productoras de equipos médicos y farmacéuticos hasta publicaciones científicas y de impacto. Es por ello que a continuación repasamos cinco tips fundamentales a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo estos trabajos.
1. Contenido
En primer lugar, destaca la variedad de los contenidos que se han de traducir. Así, los mismos pasan por traducciones de cualquiera de las ramas de la medicina, traducciones de recetas médicas, hasta los utensilios y equipos que utilizan para su trabajo sus profesionales. En esta línea, también se ha de pensar en los manuales e instrucciones que contienen estos productos y que también requieren de una traducción profesional.
2. Conocimiento
Dado su nivel de especificación, en el ámbito de la medicina los traductores profesionales o agencias de traducción deben contar con un amplio conocimiento sobre los glosarios específicos que componen las distintas ramas de la medicina. Así, los traductores especializados deben conocer especialmente los ámbitos de aquellos trabajos en los que van a desempeñarse.
3. Desempeño
Del mismo modo, dentro de la traducción médica hay que tener presentes las funciones concretas que desempeñan este tipo de trabajos. Así, no es lo mismo realizar una traducción para una publicación científica que para una conferencia o congreso donde los médicos se reúnen para dar a conocer sus resultados que las aplicaciones más prácticas, destinadas al ámbito de la hospitalización.
4. Difusión
Como cuarto punto que se debe tener presente a la hora de desarrollar una traducción médica, destaca la difusión de dichos trabajos. Así, además de la repercusión que tienen los mismos, es importante determinar el tipo de público al que estas traducciones van dirigidas, aunque por lo general este tipo de traducciones se suelen llevar a cabo en inglés.
5. Soporte
Finalmente, la traducción médica debe tener en cuenta los soportes en los que los contenidos que se llevan a cabo son difundidos. Para ello se tienen que contabilizar tanto aquellos soportes en papel, como pueden ser las revistas de impacto y las normas de estilo con las que estas cuenten, y los carteles dedicados a coloquios de expertos o extractos de prospectos médicos y folletos explicativos.
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