Existen muchas creencias falsas en torno a la traducción.
Estereotipos que con el paso se han ido generalizando en la sociedad y que conviene aclarar. Es lo que nos proponemos en este artículo, pues seguramente muchos de ustedes habrán escuchado alguna vez alguna de estas cinco falsas creencias en torno a la traducción.
En primer lugar destacamos la costumbre a generalizar y pensar que cualquier persona que hable dos idiomas puede traducir. Para muchos el conocimiento de una lengua adicional a la materna ya es un seguro que directamente le permite llevar a cabo la traducción de dicho idioma. Una idea que en absoluto es cierta, pues además del conocimiento de la lengua hacen falta habilidades específicas como la formación, experiencia, sensibilidad y atención por los detalles.
En esta misma línea también es muy frecuente que la gente piense que traducir e interpretar es el mismo trabajo. Para una gran cantidad de personas nos referimos a términos semejantes, sin darse cuenta de que hablamos de nociones divergentes. En el primer caso se trata de un trabajo de traducción de textos mientras que en el segundo se traduce el lenguaje oral. Esta cualidad, además, exige que el intérprete tenga buena memoria, sea extrovertido y capaz de hablar en público.
En tercer lugar se encuentra uno de los errores clave: la tendencia a creer que el único camino para trabajar como traductor es ser traductor oficial. Este tipo de traductores son los que cuentan con una certificación concreta. Pero no es la única manera de trabajar como traductor, pues son muchos los profesionales que carecen de un título y realizan este trabajo con calidad y garantías.
En la misma línea, también están los que piensan que el principal requisito con el que debe contar el traductor es dominar una lengua extranjera, principalmente el inglés o el francés. Si bien estos idiomas son muy importantes cada vez son más relevantes otras lenguas, tales como el chino mandarín, el ruso, el japonés y, por supuesto, el español. Así que el abanico se ha visto notablemente ampliado en estos términos.
Por último, y mucho más enrevesado, es estar convencido de que los buenos traductores son aquellos que traducen tanto hacia su lengua como hacia la lengua extranjera. Muy pocas veces se piensa que el trabajo del traductor es traducir únicamente hacia la lengua materna, aunque no siempre se hace así. Ello se debe a que la lengua materna es la que mejor se conoce y se domina, por lo que los resultados de cualquier profesional serán infalibles. No así en la dirección opuesta.
Finalizamos nuestro particular recorrido por los falsos estereotipos en torno a la traducción.
Seguro que a muchos de ustedes les han sorprendido la presencia de algunos pero es del todo cierto que un gran número de personas creen en ellos. De difundir este tipo de contenidos depende terminar con estas creencias erróneas.
¿No creen?
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